
En 1917, los hermanos Fritz, Ernst y Werner Schlup empezaron a fabricar maquinarias para relojes en Lengnau, y a vender sus productos a los importadores americanos, vínculo comercial que duraría treinta años, momento en que empezaron a producir relojes completos para otras casas. El diseño más popular de los primeros tiempos fue el “Starliner”, un robusto reloj con resistencia bajo el agua a una presión de doce atmósferas gracias a un sistema diseñado por Rado. Muchos de sus relojes que fabricaban con cajas de oro se terminaban arañando con el paso del tiempo y necesitaban volver a ser pulidos, razón que llevó a la compañía a diseñar un material antiarañazos a partir de un compuesto de carburo de titanio y tungsteno; en 1962 crearon el “DiaStar”, magnífico reloj tanto en su diseño como técnicamente. Desde entonces, Rado ha tenido fama por sus modelos a prueba de arañazos y diseños innovadores. El “Ceramic”, de 1989, tenía la correa, la caja y la corona hecha de materiales de alta tecnología, y la última innovación de la casa es el “Anatom Multi”, modelo de caja cuadrada con siete funciones, todas ellas dirigidas desde la corona.